martes, 25 de diciembre de 2007

Enseñanzas de una huelga...El camino hacia el sindicalismo que deseamos

Antes que todo, Napoleón (si me permites la familiaridad), felicitaciones por navidad y felicitaciones por tu claridad mental. Se aprecia.
Desde mi punto de vista como trabajadora sindicada y que no ha querido pasar por el aro de este, cómo llamarlo, golpe bajísimo, sucio e inmoral perpetrado por la Directiva de Correos y aceptado por nuestros Comités de Empresa (quien lo tenga en su provincia, porque las hay que ni lo tenemos constituido tras más de medio año desde la elecciones sindicales), que ha supuesto todo este jaleo de los fijos-discontinuos, siento IMPOTENCIA ante esta Directiva que sufrimos y no menos impotencia ante la acción sindical que nos ofrecen nuestros sindicatos.
Toda esta situación caótica que está viviendo Correos y que se ha visto agravada en los últimos meses, me hace pensar que muchos de nuestros representantes sindicales no están capacitados para estar donde están, porque no entienden algo tan básico como que están ahí por una única razón: el bienestar de los trabajadores (que no sólo se traduce, ni mucho menos, en ofrecer cursos de formación a sus afiliados)
Es lamentable que la lucha sindical se haya convertido en una lucha interna y no una lucha contra los abusos de poder del Patronato, que los sindicatos actúen como partidos políticos compitiendo entre ellos de una forma tan irresponsable e inmadura como nuestros actuales "politicuchos". Cada mirada vigilante y desconfiada que un sindicato lanza a otro, es una mirada que pierde hacia la situación real de los trabajadores... y son tantas las miradas que siento que los trabajadores estamos perdiendo en este sentido, que me asusta y me subleva.
La huelga no es un instrumento baladí y en eso puede convertirse con estos intentos frustrados mal organizados y con poco sentido para alcanzar el objetivo deseado, es decir una presión contundente que obligue a la negociación. Desde mi punto de vista es absolutamente necesaria una UNIDAD SINDICAL, sin la cual cada intento de utilizar este instrumento de presión va ir debilitando sus efectos ante posibles movilizaciones bien organizadas, porque los trabajadores vamos perdiendo confianza ante cada fracaso. Y aunque esta sea quizás una visión muy personal, creo que una huelga convocada por uno o dos sindicatos únicamente, está condenada al fracaso.
No creo que sea cierto que haya pasividad entre los trabajadores aunque sí mucho sentimiento de indefensión, muchísimo. Todos sabemos que la política completamente arbitraria de los directivos de Correos es juego sucio y nos gustaría poder hacer algo para cambiar la actual Correos para convertirla en una empesa mucho más sana, pero qué sentido tiene convocar o seguir una huelga que no esté apoyada por los sindicatos representantes de todos y cada uno de los trabajadores sindicados. Los cambios son para todos, así es que la movilización ha de ser general.
Desde aquí insto a nuestros sindicalistas, como personas que un día decidieron asumir esta responsabilidad ante los trabajadores, a leer un poco acerca de la historia del sindicalismo y a profundizar y reflexionar sobre el aspecto eminentemente social de su tarea. Si tras este repaso histórico-político reflexivo siguen sin comprender nada, rogaría que se retiraran de esta importantísima tarea que se han ofrecido a hacer, porque nunca van a estar a la altura. Igualmente insto a todos y cada uno de los sindicatos a tratar de buscar convergencias y no divergencias entre ellos porque no hay verdad más cierta que esa de "divide y vencerás", y ante tanta desconfianza interna los únicos que ganan son los que en estos casos nunca deberían ganar: la Directiva, las personas que tienen el poder y NO QUIEREN hacer un buen uso de él, siendo que un buen uso de él implicaría un beneficio común, siendo bueno para ellos, para los trabajadores, para los clientes y para los usuarios. Es decir, que un buen uso favorecería sin ninguna duda una situación de equilibrio, si no perfecta casi perfecta, entre todas las partes implicadas. Logro que no es, ni mucho menos, imposible. El juego de "sólo gana uno" acaba convirtiéndose a la larga en un juego de "suma cero". Corremos el peligro de acabar convirtiendo Correos en una empresa inútil y de muy poca, poquísima calidad, cosa que nunca ha sido, gracias especialmente al esfuerzo de sus trabajadores. ¿Quizás sería pertinente cuestionarnos seriamente que pretenden los directivos de Correos con su actual política de gestión?
Desde aquí sólo me resta desearos a todos felices y reflexivas fiestas. Y para próximas movilizaciones, deseos de más sentimiento, más convencimiento, más valentía, más política social y, sobre todo, más unidad.... y un poquito (o un "muchito") más de atención a los trabajadores en el día a día.
Mi deseo a los Reyes Magos: pido sindicatos politizados ya.
P.D. Nota a mis Reyes Magos (por si acaso): mi deseo de politización no tiene nada que ver con los partidos políticos, eh! dios nos libre de este mal.

Texto de M. B., a quien agradezco sinceramente su colaboración.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Enseñanzas de una huelga

Este artículo pretende ser una aproximación a las consecuencias de las tres jornadas de huelga convocadas por UGT y S. Libre.
Hay que decir en primer lugar que no se ha logrado un seguimiento significativo y los convocantes no han conseguido obligar a la Dirección a negociar (al menos hasta el momento no nos consta) ni han anunciado la continuación de las protestas para forzar a que se haga.
Se van con las manos vacías, y en tal sentido, sólo puede hablarse de fracaso desde el punto de vista de los trabajadores. Desgraciadamente la tabla reivindicativa no va a ser atendida, salvo en lo que tengan a bien concedernos y sería muy triste que alguien se pusiera medallas en estas circunstancias, malas para todos.
Naturalmente, hay unos más culpables que otros; encabezando la lista tienen que estar forzosamente las cúpulas directivas de los dos sindicatos promotores. Aceptando que sus verdaderos objetivos fuesen los que han dicho, ni han sabido medir sus fuerzas (las que no tenían) ni han sabido conseguir el apoyo de otros, que quizá no tenían la obligación de regalarlo a posteriori (de hecho NINGÚN otro sindicato ha apoyado; por algo será). Si no hay consecuencias, si nadie paga por esto, significa que los mecanismos internos de regeneración están muy atrofiados, porque realmente la pifia ha sido de órdago.
Muy mal los comunicadores: ha faltado información presencial y estímulo en los centros de trabajo. En la comunidad virtual, en la red, aunque se ha notado la llegada de refuerzos, también han estado muy flojitos: han sobrado insultos y prepotencia y han faltado argumentos. No han sabido tocar la fibra sensible de los potenciales aliados, más bien les han tocado los cataplines; y claro, no es lo mismo.

Bueno, ¿y ahora qué?
Pues algunas cosas sí que podríamos aprender.

Hay una base para la acción, un desencanto y muchas ganas de manifestarlo; a partir de ahora quizás también algo de rabia contenida.
Se podría cuantificar en dos o tres mil personas que no necesitarían de mucho estímulo para movilizarse; y no son pocas, desde luego.

Una huelga total, indefinida, sin unidad sindical no va a funcionar. Con ella quizás tampoco porque a la Dirección le resulta fácil reventar esa unidad (está comprobado). Ellos saben cómo… y yo lo sospecho.

Nuestra capacidad para aguantar no es mucha; la pérdida reiterada de poder adquisitivo nos tiene muy mermados, pero debemos tener claro que la resistencia de la parte oponente tampoco está para muchos excesos: si Correos vuelve a los números rojos, a nuestro presidente lo fulminan y seguramente él lo sabe mejor que nadie.

El obstáculo económico se aparece como casi insalvable para conseguir un seguimiento masivo, incluso en el supuesto de unidad sindical.

Seguramente habría que empezar a prestar atención a quienes opinan que para lograr hacer alguna presión bastaría con impedir el funcionamiento (y el negocio) de la empresa sin poner la fecha final, y que para eso no hace falta que paremos todos, todo el tiempo. Se puede conseguir con paros selectivos en puntos clave de la red postal; quizá rotatorios para evitar desgaste, y subvencionados con aportaciones de todos los demás. De esta manera el factor económico perdería casi toda su importancia negativa y la huelga indefinida así montada ganaría mucha credibilidad en las dos trincheras. Esto equivale a acercarse bastante al éxito.
Seguramente es difícil de organizar, pero si se pretende reivindicar algo habrá que buscar una alternativa al tradicional paro general porque en Correos no funciona bien. Son los hechos.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Primer asalto

Terminó la primera jornada de huelga con un seguimiento bastante pobre, particularmente llamativo en Madrid y Barcelona.
Entraba dentro de lo previsible y así lo habíamos señalado algunos reiteradamente. Tan previsible era, que la Dirección de Correos no consideró necesario establecer unos servicios mínimos, dando por descontada la escasa incidencia de la convocatoria en el funcionamiento normal de la empresa.
La parte positiva es que SÍ ha habido algún seguimiento, especialmente en el Sur.

Si esta huelga ha merecido la adhesión de más de dos mil compañeros (en el peor de los casos, porque son cifras de la empresa), similar a la de la Plataforma en sus mejores tiempos, significa que hay base, que hay una corriente de opinión convencida de la necesidad de las protestas, y dispuesta a secundarlas. Se supone que los agentes sociales tomarán nota de ello y el esfuerzo servirá para algo, aunque sea en el futuro.

A nadie se le ocurrirá pensar que con este seguimiento, en tres días, vamos a conseguir arrancar a la Dirección algo que no estuviese previamente dispuesta a conceder. En este sentido el fracaso va a ser rotundo y la frustración, la desmoralización subsiguiente del colectivo se convertirá en un pesado lastre a la hora de plantear futuras movilizaciones. Ese era el principal inconveniente que yo le veía a la convocatoria y desgraciadamente parece que va a suceder. Una pena. Sin duda se podía haber hecho mejor.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

La huelga que pudo ser

Y llegó el día diecinueve.
He dedicado estos últimos días a intentar explicar en los foros de internet las razones del NO a la huelga, he aportado todos los argumentos al respecto de que disponía.
Creo no haberme apartado mucho de mi firme propósito inicial de respetar a las personas; en todo caso, ofrezco mis disculpas a quien haya podido ofender injustamente.
Me queda la grata sensación de haber hecho lo que había que hacer, de haber dicho lo que había que decir.

Y ahora, compañero, la palabra la tienes TÚ.

Espero de ti que comprendas que tu decisión NO es intrascendente porque la suma de todas debería determinar una buena parte de la acción sindical del futuro inmediato.
No da lo mismo.
Espero de ti que hagas, por el bien de todos, el esfuerzo de elegir bien; que des tu apoyo a la opción que en conciencia consideres más honesta... y que aciertes.

jueves, 15 de noviembre de 2007

En el camino nos encontraremos

Ya sé que el debate de moda es vota PSOE versus vota PP, con su lugar, también, para el testimonio de los diversos discrepantes; pero a mí eso me interesa mucho menos que el futuro de Correos y el de su plantilla, y sucede que ambas cosas, las elecciones y nuestro futuro laboral, NO están apenas correlacionadas.
Los hechos son muy claros: El camino que ha llevado a nuestra Casa desde el ámbito de la Administración hasta la frontera de la jungla de la empresa privada en el mercado global ha sido largo y sin titubeos.
Durante ese tiempo se han alternado los partidos políticos en el poder y han pasado por los puestos de responsabilidad que nos atañen gentes de tendencias políticas diversas, seguramente de intereses diferentes; NINGUNO de ellos ha dado un paso atrás, TODOS han avanzado tanto como las circunstancias les han permitido. ¿Qué más nos da, en este aspecto, PSOE que PP, PP que PSOE? El objetivo de privatizar Correos cuando se pueda está asumido por ambos, incluyendo también a las cúpulas de UGT y CCOO.
El futuro de la empresa NO va a depender de quién gane las próximas elecciones generales.
Y puede que ese futuro no sea tan malo (¡¡para la empresa!!). Seguramente han visto que tiene un potencial de negocio envidiable, por poco que se hagan subir los precios en el mercado liberalizado (hay que echarle morro para llamarlo “libre”).
Si te has parado a pensar, amigo lector, ¿no te parece rarísimo el hecho de que todos estén de acuerdo? Pues igual es porque está muy claro, porque el asunto no tiene vuelta de hoja y resulta que eso es lo conveniente y/o la alternativa (seguir siendo Administración cuando todos los demás competidores dejan de serlo) se aparece como nefasta.

¿Y a la plantilla?, ¿le afectará el resultado electoral? Me estoy refiriendo a la incidencia sobre nuestro futuro laboral.
Al personal funcionario muy poquita cosa.
Nos encontramos a la espera de que se consume el tránsito hacia la propiedad privada de la empresa, hito que debería marcar el final de nuestra relación funcionarial con Correos.
Si aspiramos a que nos den una limosna para el camino yo no sé si el PP las suele dar un poco mayores que el PSOE o es al revés. De las dos maneras mal, no es como para esperar muy confiados.
Si pretendemos hacer valer nuestros derechos –es donde yo me encuentro– las elecciones importantes no son éstas, lo fueron las sindicales de Mayo. En aquella ocasión pudimos haber cambiado el panorama de las mesas de negociación. Entre todos no fuimos capaces de poner en ellas a otras personas y como consecuencia ahora no hay dos lados que pugnan por llegar a un acuerdo sensato y favorable; sigue habiendo un lado sólo, que impone sin demasiados miramientos, y no es precisamente el de los trabajadores.
No me extraña lo más mínimo la desbandada de sindicalistas de todas las tendencias que en estos momentos están abandonando el barco. Ellos suelen estar mejor informados. Mejor dicho solían, que La Diligencia Postal está aquí para todos.

Pensando en positivo, a pesar de tantas cosas:
Aún queda algo de sindicalismo digno de ese nombre. Quedan sindicalistas honestos.
Tendrá que llegar un momento en que la gente reaccione, espero que no sea demasiado tarde, y reclame contundentemente lo que le corresponde.
No estamos tan desarmados, nos asiste el Derecho a que sea respetada nuestra condición de funcionarios. También somos capaces de comprender que nuestra negativa, que nuestra resistencia, retrasaría el proceso originando inconvenientes y pérdidas importantes, aunque sean difíciles de cuantificar. Sólo por esto la inteligente otra parte ya sentiría la necesidad de dialogar.
Compañero funcionario, ese poder tienes, que lo sepas. Lo malo es que me parece que lo has delegado en quien no manifiesta muchas intenciones de usarlo para una causa justa: ¡La tuya!

martes, 23 de octubre de 2007

Si yo fuera fijo-discontinuo

Empezaré por una afirmación que me puede granjear algún que otro enemigo, de no ser capaz de explicarla y de matizarla: Correos, S A necesita personal fijo-discontinuo para ser eficiente.
Se me ocurren dos buenas razones para ello, y eso no quiere decir que no haya otras además.
La primera es que la demanda del servicio que vendemos no es la misma en todas las épocas del año (tradicionalmente aumenta bastante en Navidad). Se comprende que hará falta personal para atender adecuadamente a esos picos de demanda.
La otra es que fromamos una gran plantilla que concentra sus vacaciones en los meses de verano, lo que hace muy razonable la contratación de personal de refuerzo durante esa época.
Hasta aquí se justificaría el tener en nómina una cantidad apreciable de trabajadores discontinuos; con lo de fijos se conseguiría que estén formados y motivados; ambas cosas propician el que lleguen a ser más productivos.
Si Correos ofreciese este tipo de relación laboral a la gente que realmente la desea (a título de ejemplo serviría el estudiante que sólo quiere trabajar algunos meses al año) estaríamos ante un equilibrio muy estable, por satisfactorio para casi todos. Pero no se ha hecho así -seguramente porque no se ha podido- y asistimos desconcertados al actual proceso de creación de una bolsa de trabajadores fijo-discontinuos, proceso que presenta sus peculiaridades.

Cuando la Dirección observó que la respuesta a sus pretensiones era muy débil, y que no se cubrirían las necesidades previstas, se empezaron a forzar las cosas para empujar al personal hacia esa modalidad de contratación.
¿Era la mejor solución?
Puede que no; desde un punto de vista teórico, todo lo que sea alejarse de la posición del equilibrio natural del mercado (en este caso laboral) es ineficiente. En ese sentido quizás habría sido más conveniente ofrecer las plazas sobrantes a trabajadores aún no vinculados a la Casa, pero demandantes de esta clase de contrato.

Lo peor ha estado en la operativa real, en algunos hechos concretos.
Se empezó por apoyarse en los sindicatos del régimen para la tarea de “pastorear” a la gente hacia el fijo-discontinuo. Los sindicatos no deberían estar para eso.
Se hurtó a la gente la información necesaria para tomar su decisión. Seguramente alguien consideró contraproducente que estuviesen informados.
Se han sacado de la manga un concurso de traslados que ha hecho felices a unos cuantos afortunados, que se han encontrado con unas plazas fijas a tiempo total y ha frustrado las legítimas aspiraciones de otros compañeros que acumulaban más méritos objetivos para acceder a ellas. De paso nos dejan a los 65.000 la incómoda sensación de que aquí vale todo... de que el fin justifica los medios.
Me parece claro que este concurso es un instrumento publicitario aplicado a la finalidad de crear entre los trabajadores la conciencia de que "tiene premio" el aceptar lo que a la Dirección le venga bien, aunque se esté saltando a la torera dos docenas de acuerdos y de solemnes promesas.
No es racional que se bordee lo ético, y quizá hasta lo legal, para conseguir una cantidad necesaria de fijo-discontinuos y acto seguido se les pierda en esa modalidad por reconvertirlos en fijo-continuos. Debemos pensar que este proceder no llegará demasiado lejos. Se puede hacer la gracia con unos pocos por motivos publicitarios, pero masivamente NO puede ser.
Tienes todo el derecho a desconfiar de los que en los foros de internet se esfuerzan en contabilizar cuántos han conseguido plaza a tiempo completo en el célebre concurso y en resaltar el suceso todo lo que pueden. Seguramente están haciendo su trabajo... destinado a “orientarte” convenientemente.
Para finalizar, unas palabras de ánimo a quienes han resultado esta vez damnificados: los integrantes de las listas de expectativas. Hay un hecho que se impone, y es que, por unas u otras razones, muchos funcionarios dejarán de estar aquí en un periodo de tiempo no demasiado largo. Habrá que suplirlos con personal laboral; quizás no a todos, pero sí a muchos. Así pues, la mayoría de los que deseáis entrar no deberíais tardar mucho en conseguirlo. De una manera o de otra, por una vía o por otra. Eso es lo previsible.

lunes, 8 de octubre de 2007

Despedidos 9 de Mayo

Es éste un tema delicado, que lleva ya mucho tiempo acaparando una parte de la atención del mundillo postal. Hay bastantes intereses implicados –por ejemplo sindicatos frente a sindicatos– y la controversia ha merecido intensos debates en distintos escenarios, largas reuniones e incluso procesos judiciales. La última sentencia que ha llegado a mis manos es del Tribunal Supremo (de fecha 9/03/2.007, y resuelve el recurso de casación 108/2005); en lo fundamental reconoce el derecho de los trabajadores indemnizados por despido a no ser apartados del posterior proceso de selección y a poder ser contratados por la empresa que los despidió, en igualdad de condiciones con el resto de los aspirantes.
Los resultados parecen indicar que el tratamiento del problema por parte del equipo gestor de los recursos humanos, ayudado por los sindicatos mayoritarios, NO ha sido acertado: Llevamos años con este asunto y no se ha resuelto, se ha enquistado; por algo será que seguimos escribiendo sobre ello personas sin interés directo.
Durante ese tiempo se ha podido producir un daño importante a los trabajadores marginados, no menos importante porque resulte difícil de evaluar.
También se puede llegar a producir un grave perjuicio económico a la empresa: si finalmente hubiese que indemnizar resultarán mucho más gravosos los perjuicios causados durante años que si hubiesen durado meses.
Si en el juzgado se les hubiera terminado dando la razón se podría admitir que, a fin de cuentas, nos habían transmitido a todos una imagen de mano dura, de firmeza, por lo menos conveniente para futuras negociaciones, para ejecutar disciplinadamente la política laboral que llevaría al éxito a nuestra Casa. Pero no ha sido así, y si añadimos la actitud posterior, incomprensiblemente reticente al cumplimiento de la sentencia, lo que percibimos los de a pie no es liderazgo, seguridad y confianza; es el cerrilismo de “sostenella y no enmendalla” , es prepotencia, es una sensación angustiosa de falta de seguridad jurídica.

Inicia su andadura un nuevo equipo. Parece que ascenderá a la cresta de la ola un nuevo sindicato (UGT). Quizá sea éste un buen momento para replantearse algunas actuaciones anteriores que han producido más disgustos que otra cosa. Tienen ante Vds. una excelente ocasión para generar esperanza en el colectivo, para enviarnos una señal de que su actitud es otra y es mejor.
Por si los acontecimientos diesen ese giro, no quisiera yo dejar pasar la ocasión sin recordar a los sindicatos de enfrente, a los que han abanderado la reivindicación, que el bienestar de las personas SÍ cuenta, quizá más que la victoria de unas siglas en una o en cien batallitas.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Algo se mueve en la Casa

En plena consolidación de la Sociedad Anónima Correos es perfectamente lógico que el Gobierno entienda que puede suprimir ya la Ex–11 y posibilitar así la evacuación, barata y sin traumas, de una buena cantidad de funcionarios que no encajan en el proyecto; y se ha hecho.
Ni por presiones de los sindicatos (fantasmas) ni por la solicitud de la empresa ni gaitas: Convenía hacerlo y las circunstancias ya lo permitían.
Es un indicio bastante claro de que el proceso entra en una nueva fase, ya muy cerca del final. Y parece que les ha entrado la prisa, así que seguramente llegaremos pronto a la meta porque eficaces, cuando quieren, lo son.
La renovación a fondo de la cúpula directiva de la Casa, que se está llevando a cabo en estos momentos, apunta igualmente en esa dirección: Los preliminares, los preparativos, se han terminado y hace falta un equipo nuevo para un objetivo diferente.
Tampoco tendría nada de extraño que se llegase a un acuerdo (o sea, que se impusiera la voluntad política) para que pudiésemos participar en concursos de las administraciones Local y Autonómica por la sencilla razón de que hay muchos funcionarios de Correos en la periferia y hay que darles una salida que les resulte aceptable.
En ese mismo escenario corresponde rascarse el bolsillo y dotar generosamente al plan de excedencias voluntarias incentivadas (la regulación de las prejubilaciones para toda la Administración parece que no llegará a tiempo) para facilitar la salida a los de una cierta edad, que NO van a concursar.
Habrá que mejorar lo que hay en dos aspectos: En la fiscalidad (apáñenselas para que no tribute todo el incentivo en un mismo ejercicio haciendo subir un par de peldaños el tipo marginal del sufrido contribuyente), y en permitir que se siga cotizando voluntariamente por derechos pasivos para no perjudicar en su futura pensión a quien le falten algunos años para llegar a los 35 de servicio.
Todo esto con la finalidad de hacerlas atractivas a más gente y que este mecanismo realmente contribuya al objetivo de vaciar Correos de funcionarios.
Esto es lógico y es bastante probable que se haga; sin embargo, no tiene demasiado sentido el convocar oposiciones para crear funcionarios, mucho menos de los grupos superiores, a quienes se debería adjudicar puestos de responsabilidad que NO se desea otorgar de esa manera, sino atendiendo a cuestiones como la idoneidad (a criterio del jefe), la confianza, la reversibilidad, etc.
¿Para qué convocar?
Se puede hacer por intereses político-sindicales puntuales, pero va contra corriente y por ello es muy probable que este anuncio termine en papel mojado. Lamentablemente.
Es muy revelador que hayan publicitado las convocatorias y que las hayan enviado al MAP justamente cuando se nos ha ido Doña Marta, que debió de quedar hasta el moño de las anteriores. El hecho de que incumpliera todos los plazos legales habidos y por haber indica que debió costar sangre, sudor y lágrimas el sacarlas adelante. Y es que hay cuestiones legales que no están claras, ni mucho menos, hay aspectos que colisionan con la mitad del Derecho Administrativo. De todas formas no seré yo quien se escandalice por esto.
Curioso también que todavía no haya llegado el sustituto al primer puesto de RRHH, que será quien apechugue con el asunto. Me parece que han aprovechado para meterle un buen gol, antes de que empiece su partido.

sábado, 15 de septiembre de 2007

El relevo en Recursos Humanos

No sé hasta qué punto se puede entender la salida de la Sra. Bretos como un paso adelante en su carrera profesional. Tendría que suceder que, en materia de RR HH, Correos fuese mucho menos empresa que RTVE y me parece que no es así; más bien al contrario.
También podría deberse a una mejora sustancial, tentadora, en sus retribuciones, pero ese dato no está a mi alcance.
Una tercera posibilidad es que desde más altas instancias se pretenda un cambio en la política de personal de esta nuestra Casa −quizá porque se ha terminado una etapa−, una nueva orientación, un nuevo estilo, y el perfil de Doña Marta no se ajuste del todo al requerido para la ocasión, razón por la cual se le ha buscado acomodo en otro sitio, igualmente en la órbita de lo público.
Esta última hipótesis gana fuerza por el hecho de que también se va la Sra. Nogueroles, cuestión aún sin confirmar oficialmente en estos momentos.
Sería una pena que todo ello se deba, simplemente, a un reequilibrio de fuerzas entre grupos de presión internos, que pudiese haber dado lugar a un reparto de puestos de nivel acorde con la nueva situación.
Pienso que a los funcionarios de Correos nos defraudaría porque necesitamos algo de bastante más calado que esas batallitas intestinas para atisbar el final de este largo y angustiante periodo de transición hacia la sociedad anónima.
Aunque a título individual alguno haya salido beneficiado, por ejemplo accediendo a puestos fuera de su alcance en el sistema provisión de la Función Pública, el grueso del colectivo creo percibir que se siente cada vez más incómodo y receloso ante la ausencia de soluciones, viendo que no llegan de ningún sitio propuestas para una salida digna de esta situación que, cada vez más, entendemos como provisional.
Si esto es así, si la marcha de Doña Marta es la señal que indica el final de una etapa y el comienzo de otra, vamos a intentar que la nueva sea más favorable para quienes trabajamos aquí.
Planes para con el personal funcionario se supone que hay. Proyectos. ¿Acaso no les pagan por pensar? Pues que fluya la información desde arriba y que nos empapemos todos. Puede que lo que tengan que decirnos, sin mentir, sea malo; pero es que este prolongado ocultismo nos está conduciendo a pensar que debe ser rematadamente malo.
Me parece conveniente para todos dejar atrás el déficit de comunicación de estos últimos tiempos. Puede haber sido fluida con algunas cúpulas sindicales; tal vez, pero eso no basta por ser como es el panorama sindical de esta Casa. Entiendo que el momento es crucial, que nuestro futuro laboral está sobre el tapete y quiero saber, quiero participar en la toma de decisiones.
En cualquier caso, desde este humilde blog, le deseo a la Sra. Bretos el mayor de los éxitos en su nueva tarea.

sábado, 25 de agosto de 2007

Si queréis podremos

A raíz del anterior artículo de este blog, “El Plan de Pensiones de Correos”, y de una referencia al mismo publicada en “Buscaoposiciones” se originó un interesante debate interrumpido por la sana costumbre de no esforzarse demasiado en Agosto.
Se había planteado la conveniencia de aprovechar las pocas posibilidades que deja el Reglamento para situar en la Comisión de Control a representantes de CGT y del Sindicato Libre con la intención de fiscalizar y reconducir la actuación de ese importante organismo, especialmente en lo referente a la transparencia teóricamente debida a los partícipes.
La elección de esos dos sindicatos no es arbitraria, de los que no están representados en la mencionada Comisión, los que más apoyo recibieron en las pasadas elecciones sindicales fueron ellos y eso permite suponer que son los que tienen más posibilidades de conseguirlo.
Por parte de algunos compañeros de CGT hubo una respuesta esperanzadora que, por qué no decirlo, ha contribuido en buena medida a mantener viva la llama hasta llegar aquí; los del Libre no se manifestaron y desde “el sistema”, algunos contertulios torpedearon todo lo que pudieron, intentando silenciar el debate y sustituirlo por el peliculón del Sr. Caldera y sus intenciones de invertir el remanente de la Seguridad Social; tema éste que, a los funcionarios de Correos particularmente, les toca bastante menos que de refilón. Se ve que no tenían nada mejor a mano.
Diré que entiendo por “el sistema” a la Dirección junto con los tres sindicatos que han venido pactando con ella en los últimos tiempos. UGT no ha demostrado nada especial en este asunto y está claro que aquí no se merece un tratamiento diferente.
También aspiro a que no se me considere anti-nada por este par de artículos sobre el Plan de Pensiones.
Es natural que los competidores externos obstaculicen la consecución de nuestro objetivo de llegar a ser algo como empresa en el concierto global, pero puede que lo estén haciendo también, y eso no es tan natural, algunas disfunciones internas sobre las que se debería actuar. En buena parte son heredadas de la época anterior, cuando la eficiencia no importaba tanto.
Me refiero al peso excesivo de los objetivos de grupito, total o parcialmente contrapuestos al principal; al cúmulo de intereses creados que entorpecen le ejecución ágil de cualquier política, de cualquier medida, por muy racional que sea y lo parezca; al desolador panorama sindical. Tan desacreditados están los mayoritarios, tan corrompidos nos parecen, que no se cree en ellos y por tanto no le sirven mucho a nadie y perjudican a casi todos. Se sirven a sí mismos.
Fue una pena la ocasión perdida en las pasadas elecciones sindicales de haber propiciado la entrada de un poco de aire fresco. Quizás faltó amplitud de miras y sobró miedo a perder el control en futuras negociaciones. Puede ser humano, pero no por ello deja de ser nefasto.

Es posible que moleste el tratamiento dado a este asunto porque sucede que estamos tratando de HACER, que no es lo mismo que hablar.
Si se consiguiese aunar las voluntades suficientes terminaríamos dotando de transparencia a la operativa de nuestro plan de pensiones, en contra de los poderes establecidos. Y digo en contra porque si ellos hubiesen querido ya lo habrían hecho; saben que deben hacerlo.
Pensad que si realmente hubiese algo anómalo en la gestión del plan estaríamos atentando directamente contra la cartera, contra los intereses, de personas importantes y/o de tramas poderosas. ¿No habría de molestar?
Hoy me he propuesto avanzar un paso más en esta dirección, y va a consistir en someter a vuestra consideración una estrategia que podría desembocar en el cumplimiento del objetivo inicial:
Avalado por el 15% de los partícipes se puede ser candidato a ocupar un puesto en la Comisión.
Estamos hablando de unas 6.000 firmas, que para un solo sindicato pueden ser muchas, ciertamente. No tanto para dos.
La idea es que CGT y Sindicato Libre presenten candidatos por separado y pidan ambos a sus respectivos simpatizantes que respalden la proclamación de todos ellos. No he visto en el Reglamento ningún impedimento a que un mismo partícipe avale a más de un candidato.
Más adelante, cuando se celebren las elecciones, lógicamente cada sindicato votaría a sus candidatos. Con un poco de suerte les sobrarían votos para salir elegidos frente los del “sistema” y se habría conseguido el objetivo.

Para contrarrestar interpretaciones erróneas o malintencionadas bueno será dejar claro que NO soy militante del S. Libre ni de CGT, por lo que todo lo escrito sobre proponer candidatos, votar a candidatos, etc., no guarda relación ninguna con mi modesta persona, sino que se refiere, lógicamente, a militantes de esos dos sindicatos. Mi afán de protagonismo es muy pequeñito y se termina justamente aquí. Eso sí, la satisfacción íntima y personal de haber contribuido a ello si se consiguiera aspiro a que no me la quite nadie.

lunes, 23 de julio de 2007

El Plan de pensiones de Correos

De entrada hay que decir que nuestro Plan no es cualquier cosa, con unos 40.000 partícipes es uno de los importantes del país.

Así es, así funciona.-
La mayor parte de los aspectos de su funcionamiento están descritos en el Reglamento de que se ha dotado. Por encima de él hay una normativa aplicable a todos los planes de pensiones de empresa, como lo es el nuestro.
Mi intención al escribir este artículo no es hacer un estudio exhaustivo del tema, cosa de la que no me siento capaz en absoluto, sino fijarme en algunos detalles concretos y hacer crítica constructiva de lo que me parece manifiestamente mejorable: transparencia y rentabilidad del partícipe.

La Sociedad Gestora.-
Ejecuta las operaciones reales de inversión (comprar y vender activos).
Por ley trabajan exclusivamente para las instituciones de inversión colectiva (Fondos) y son profesionales de los mercados financieros. Naturalmente. Esto se traduce en que pueden equivocarse alguna vez, son humanos, pero sería inadmisible que estuviesen ofreciendo sistemáticamente rentabilidades bastante por debajo de lo esperado, considerando las características del plan que manejan y la evolución general de los mercados.
En Correos se ha seleccionado a una de la órbita de Deutsche Bank para este menester. Teniendo en cuenta las relaciones de cooperación establecidas entre ambas entidades habría resultado sorprendente otra cosa distinta.

La Comisión de Control.-
SÍ está integrada por personal de la Casa: cuatro personas en representación de la Dirección y once por los sindicatos, más una por parte de los beneficiarios.
En este organismo están casi todas las claves.
Ellos trazan las líneas maestras de la política de inversiones y pueden CONTROLAR gastos y comisiones, así como la calidad de las operaciones realizadas.
Por el otro lado, deberían ocuparse de facilitarnos a los partícipes la mayor parte de la información que manejan, en un sano ejercicio de transparencia.
Verde me pongo de envidia admirando el despliegue informativo de nuestros compañeros del plan de la AGE que demuestran, sin ningún resquicio para la duda, que si se quiere se puede, dando por sentado que se debe.

http://www.plandepensiones-age.es/

Una vez que lo medio-hicieron los nuestros, colgando en la Intranet corporativa la décima parte de lo que deberían, les vimos el plumero escandalosamente. Recuerdo que declaraban tener la mitad del patrimonio colocado en Repo de deuda, proporción que muy difícilmente desearían para su propio dinero.
Así está escrito y denunciado en el foro “Buscaoposiciones”.
No han vuelto a dejarse ver.

http://www.buscaoposiciones.com/foro/Oposiciones-Correos-y-Telegrafos-fmen-4-1391483.htm

El acceso a la Comisión.-
La actuación de los sindicatos mayoritarios es bastante sospechosa. Se han ocupado de que presentes en este importante organismo no puedan estar todos, sino solamente los “firmantes”. No obstante, han dejado una remota posibilidad de acceso a los demás, vía Reglamento, a pesar de que ha sido elaborado por y para ellos.
Resulta que se puede ser candidato elegible desde los “otros sindicatos”, incluso una persona independiente, pero avalado por el 15% de los partícipes; es decir, con el apoyo expreso del 15% de los electores. ¡Casi nada!
Frente a eso, un sindicalista “bien visto” sólo necesita el apoyo tácito del 9 % (el 100% del censo repartido entre los once comisionados que hay).
La desproporción es tremenda y lo que indica a quien lo quiera ver es que realmente NO se desean intrusos; de hecho no los hay, quizá sea por algo.

Las culpabilidades.-
Poco a poco ha ido calando en el colectivo la idea de que hay sombras en la gestión de nuestro Plan. Me satisface pensar que he contribuido a ello, aun en la muy escasa medida de mis posibilidades.
La falta de transparencia es de una evidencia que abruma. La justificación-excusa que me dieron en su día es que “¿Para qué molestarse?, si en realidad nadie se interesa por estos temas”. Se las trae, ¿no?. Prefiero no pensar cómo nos ven.
¿Culpables de la situación? Pues inicialmente los que SÍ están.
UGT también está. Vamos a ver ese supuesto abandono de antiguas políticas colaboracionistas, ese autoproclamado reencuentro con los intereses de los trabajadores... De momento aquí, en este tema, no se ha visto nada. ¿Será que hay mucho dinero en danza y fuertes intereses implicados?.
Pero no son los únicos, por su pasividad hay otros: CGT y S. Libre han demostrado en las pasadas elecciones sindicales que cuentan con un respaldo considerable. Sabiendo lo que en la Comisión se ventila, yo les veo en la obligación de pelear por estar ahí, ¡dentro!, fiscalizando, impidiendo malas prácticas. Y después contándonoslo.
La Plataforma de los Trabajadores tiene el apoyo de muchas personas. Pienso que por esta vez haría bien empleándolo en algo práctico: colaborar, y podrían ser muy útiles, en que se administre impecablemente el dinero que complementará nuestra pensión de jubilación.
Ahí tenéis abierta la vía del 15%.
Sé que nos lo han puesto difícil, pero no imposible, y si no hay otro camino más cómodo, entiendo que será éste el que hay que hay que recorrer. La alternativa es dejar las cosas como están, pero eso (hasta ahora es lo que estáis haciendo) os deslegitima incluso para criticar la situación.

sábado, 14 de julio de 2007

¿Y por qué no decirlo?

1) Estaba pactado que se daría una salida al asunto de las jubilaciones parciales y anticipadas en la Administración. Es de dominio público el acuerdo sobre este punto de sindicatos y Gobierno. Los mismos protagonistas lo han difundido en los medios de comunicación.

2) Se le había asignado un hueco en la ley de la Seguridad Social que se está tramitando actualmente. Bien cerca lo teníamos ya.

3) Por sus razones el Gobierno se arrepiente y da marcha atrás. Dice que lo quiere posponer hasta la próxima legislatura, lo que equivale a guardarlo en el cajón a dormir el sueño de los justos, entre otras razones porque en la próxima legislatura estará quien esté, y sacará adelante las normas que crea conveniente; faltaría más.

4) Busca apoyo político (votos en el parlamento) y parece que lo encuentra en CIU. Se puede suponer que habrá contrapartidas al favor, aunque yo no sepa cuáles son, ni me llegue a enterar nunca.

5) Se intenta el apoyo de los agentes sociales y lo encuentra en CCOO. Dentro de los esquemas lógicos antiguos cabría esperar el sí de UGT por aquello del gobierno hermano, del sindicato correa de transmisión, etc.; ¡pero no!, quien apoya “incondicionalmente” es CCOO. Los de UGT están que se suben por las paredes con unos y con otros, y razones sobran, desde luego. Quizás habría que cambiarse el chip con respecto a ellos. Si así fuera, sed bienvenidos, compañeros, a la causa común.

6) CCOO intenta justificar lo injustificable de su posicionamiento con el argumento de que es mejor olvidarse del tema y quedarnos como estamos, antes que aceptar una norma que le podría permitir al Gobierno hacer no sé cuántas y cuáles tropelías contra los derechos de los trabajadores. Tropelías estas, que si lo deseara, las podría hacer igualmente; con esta norma o sin ella, y siempre con el apoyo “incondicional” de CCOO.

7) Los militantes de USO-Correos entendemos que la posibilidad de jubilaciones parciales y anticipadas beneficia a los trabajadores (unos afectados ahora, otros en el futuro), actualmente discriminados con respecto a los de la empresa privada, donde existen estas posibilidades, y que beneficia también a la “empresa” porque podría rejuvenecer su plantilla y hacerse más competitiva, mas eficaz, sin tener que esperar años para ello. Por extensión, el conjunto de la sociedad ganaría en eficiencia.

8) Pedimos a TODOS los dirigentes sindicales que se esfuercen en presionar para reconducir la situación y que se nos termine otorgando, en breve, la normativa que posibilite las jubilaciones parciales y las anticipadas del personal al servicio de la Administración. Por supuesto, incluyendo al personal de Correos.

9) Si la norma no nace perfecta, la solución no puede ser que no nazca (pocas habría en ese caso), ya se mejorará. Ustedes y los Sres. políticos están precisamente para ello.

jueves, 14 de junio de 2007

No nos vimos en Madrid

Este artículo es una reflexión, a título personal, sobre la convocatoria de la Plataforma de los Trabajadores de Correos a la manifestación del 10 de Junio de 2.007, y un intento de aproximación a algunos de los problemas del personal de esta Casa.

El dato.-
Las diferentes fuentes que se han manifestado al respecto dan pie a cifrar la respuesta a la convocatoria en una horquilla que iría desde quinientos hasta mil asistentes, contando a los trabajadores y sus acompañantes.

El antecedente.-
Está muy cerca en el tiempo, y fresca en la memoria, aquella manifestación del pasado Noviembre, que persiguiendo las mismas reivindicaciones, contó con una participación algo superior al doble que esta de Junio.

La lectura de los hechos.-
Una organización joven, dinámica y sana suele pasar por una etapa inicial de crecimiento muy fuerte.
Lo normal y esperado, en este caso nuestro, habría sido un seguimiento próximo al doble que la primera vez, y sin embargo, parece que no ha llegado a ser ni la mitad.
Obviamente a la Plataforma la conoce más gente ahora que en Noviembre, aunque no sean muchos más. Si el colectivo llamado es el mismo, las reivindicaciones también, entonces la pérdida de poder de convocatoria podría ser debida a que se ha producido un distanciamiento, una pérdida de sintonía, entre los organizadores, delegados, dirigentes o como se les quiera llamar e importantes (numéricamente) colectivos de trabajadores.

Las valoraciones.-
¿Qué se está haciendo mal? ¿Qué está fallando?
Desde luego éste es un terreno mucho más resbaladizo, pero voy a atreverme con una opinión:
Considera el marketing que una empresa fracasará cuando no sea capaz de adecuar su oferta a la demanda; es decir, si por alguna razón, no está produciendo y poniendo en el mercado aquello que los consumidores desean y valoran.
Las consecuencias son malas, y en un mundo competitivo nefastas.
Pues, salvando las distancias, algo de esto me parece percibir aquí.
Los trabajadores tenemos unos problemas reales que inciden en nuestra vida cotidiana y es razonable que apreciemos, secundemos y apoyemos a una organización que nos ayuda a resolverlos, mucho más que cuando observamos claramente que se inhibe, por muchas justificaciones teóricas que pudiera tener para semejante comportamiento.
Seguramente algunos ejemplos ayudarán a entender lo que pretendo decir:

-- Ante las pasadas elecciones sindicales muchos considerábamos necesaria una remodelación del mapa sindical, o al menos una renovación de las personas (por si alguien pensara mal, yo NO era candidato con posibilidades de ser elegido); creíamos que la Plataforma podía jugar un importante papel en ese intento, pero lo evitó rotundamente. Y nos quedamos sin renovación, para disgusto y frustración de un buen sector de plataformistas, y lo que es peor, entiendo yo, para perjuicio de todos.

-- No habían pasado quince días, cuando la empresa se ha descolgado con la movida de los contratos fijo-discontinuos.
La gente necesita protección y ayuda porque se les fuerza a tomar una decisión sin disponer de la información necesaria (quizás haya un concurso especial de traslados, pero no os decimos cuándo, ni cómo, ni de qué os va a servir realmente a vosotros), y también porque intuye que las cosas se han hecho así en atención al interés de la empresa, no al de los currelas, y puede que no coincidan.
Aunque alguno pueda salir beneficiado en la coyuntura –sucede siempre–, ese no era el objetivo perseguido.
Se les rompen los esquemas viendo a ciertos sindicatos (a los que, por cierto, acaban de votar) colaborando activamente en la venta del “producto” y buscan ayuda en alguna parte. Una vez más la Plataforma no está disponible para eso.

-- El personal funcionario no existe para la Plataforma. No se le menciona por ningún lado −quede constancia de que esta será la segunda vez que yo lo solicito públicamente− y tenemos un grave problema: Sabemos que en una Sociedad Anónima no tiene sentido la presencia de funcionarios, sentimos que el final está próximo y no sabemos cómo se hará el tránsito desde el “trabajar en la Administración” hacia el “trabajar FUERA DE la Administración”.
Queremos conocer las salidas a esta situación que se estén manejando, queremos que nos den alguna garantía de que no se van a lesionar nuestros legítimos intereses, necesitamos seguridad para que nuestra vida (laboral y toda ella) se desenvuelva con normalidad.
Nuestros sindicatos mayoritarios (a los que, por cierto, acabamos de votar) han estado muy ocupados vendiéndonos el Puesto Tipo. La Dirección calla, luego no miente. ¿Alguien podría hacer algo al respecto? La Plataforma no... no está para eso.

Si miramos en el lado contrario, a ver para lo que SÍ está la Plataforma, es como para perder la fe en el género humano: Nos dicen los hechos que está para pedirnos el gasto, en dinero y tiempo, el sacrificio de ir a Madrid, poco más que a una romería.
¿Alguien se cree que por ir allí nos van a aumentar el sueldo 400 Euros/mes lineales? ¡Venga ya!
Se me dirá: No, es que también era para mostrar nuestra unión y nuestra fuerza.
¿De verdad cree alguien que hoy por hoy intimidamos? Nos falta bastante para llegar ahí, puede que alguna vez lleguemos.
Y dicho sea de paso: Eso de mostrarnos se hubiera conseguido mucho más cómodamente, más económicamente y seguramente con resultados más ajustados a la verdad, pidiendo el voto nulo en las pasadas elecciones sindicales, como alguien propuso muy atinadamente. Pero no se hizo; quien pudo paró la propuesta, seguramente por no perjudicar electoralmente a determinadas siglas.
Eso sí, paralelamente nos repetían a todos hasta la saciedad que aquí no hay siglas (pero habellas haylas).

Si se pretende dinamizar la vida sindical en nuestra Casa, y que la Plataforma desempeñe un papel relevante, tendrá que ganarse el reconocimiento y el apoyo del personal, de donde le tiene que venir su fuerza.
Tal vez se pueda conseguir aproximando, bastante más de lo que están, los objetivos de la organización a los problemas reales y cambiantes que afectan a la gente.
Tengo entendido que próximamente habrá elección de delegados, no sé si en todas las provincias, y serán los encargados de llevar las respectivas propuestas a una posterior reunión en Madrid. Es una buena ocasión para renovarse, en las personas y en las ideas.

lunes, 21 de mayo de 2007

El libro de hoy

“Tierra de hombres”
De Antoine de Saint-Exupéry,

Narra la aventura de un piloto cuyo avión se había estrellado en los Andes, y que tras una increíble travesía apareció destrozado, pero vivo, cuando todo el mundo había perdido la esperanza de recuperarlo.
Aquel hombre tenía un montón de razones para dejar de luchar por salvarse: no conocía el camino, era casi seguro que todo aquel sobrehumano esfuerzo no serviría para nada. Estaba solo, perdido, roto de golpes, de fatiga, de cansancio. Derribado a cada paso por la tormenta, en una zona de la que se decía: «Los Andes en invierno, no devuelve a los hombres».
«He hecho lo que he podido y ya no tengo esperanzas, ¿por qué obstinarse en este martirio?» Le bastaba con cerrar los ojos para borrar del mundo las rocas, los hielos y las nieves. Y ya no habría golpes, ni caídas, ni músculos desgarrados. Pondría fin a esa vida que tenía que arrastrar tan pesadamente.
Pero Guillaumet piensa en su mujer, en sus hijos, en sus compañeros.
¿Quién podrá mantener a esa familia que le aguarda en algún lugar de Francia si él se para? No, no les podía fallar. Ellos le querían, le esperaban.
¿Qué pasaría si supieran que estaba vivo?
«Si mi mujer cree que vivo, cree que camino. Los compañeros creen que camino. Todos tienen confianza en mí, y seré un canalla si no camino.»
Cuando volvía a caerse repetía esas palabras; cuando las piernas se negaban a avanzar más; cuando todos los huesos de su cuerpo gemían entumecidos por el frío y el cansancio; cuando después de bajar tenía que volver a subir, como en un carrusel que no acababa nunca, él repetía el mismo estribillo: «Si creen que vivo, creen que camino, y seré un canalla si no sigo».
Cuando lo encontraron, su primera frase fue un resumen de tan extraordinaria tenacidad: «Lo que hice, te lo juro, ningún animal lo hubiera hecho».
Y Saint-Exupéry comenta en su obra: Ésta es la frase más noble que conozco, una frase que sitúa adecuadamente al hombre, que le honra, que restablece las jerarquías verdaderas.


Mi sincero agradecimiento a ALAI, autora del texto, por este revitalizante relato, especialmente indicado para tiempos de resaca postelectoral.

martes, 8 de mayo de 2007

Guía útil del buen votar

Atribulado trabajador de Correos.
De pronto eres el centro mismo del universo, y claro, tú no estás acostumbrado.
El próximo jueves, diez de Mayo, por aquellos avatares del destino, resulta que los destacados compañeros de los sindicatos necesitan de tu voto. Algunos de ellos han llegado a ser importantes señores, o van por ese camino, pero también necesitan tu voto.
Pues ya lo ves, tendrás que desbrozar la espesura, hasta encontrar la luz, para no tener que tomar a oscuras la trascendente decisión de a quién otorgar el voto. Y tu en zapatillas... ¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!
Pero no pasa nada grave esta vez, has tenido la suerte de que está aquí tu amigo Napoleón para acompañarte en tu peregrinar hacia la verdad y el conocimiento. Todo será que nos perdamos los dos juntos.

Tu salario no da de sí tanto como antes y tus condiciones de trabajo no son las que eran, ni de lejos. Te abruman con objetivos cada vez más altos y te van llenando las jefaturas de latigueros, muchos de ellos con carné.
Percibes claramente que esto se ha deteriorado y sin embargo, ¡pásmate!, durante la campaña han venido los profesionales del sindicalismo (CCOO, UGT, CSIF) a decirte esto va muy bien y que gracias a ellos se ha conseguido lo tanto y lo cuánto.
No mienten del todo porque algo sí suelen conseguir, pero mayormente no para ti, sino a cuenta tuya, que no es precisamente lo mismo.
Si estabas pensando en votarles vas por muy mal camino.

Te preocupa, y mucho, el futuro de esta empresa; entre otras cosas porque no está nada claro, y porque aquí está tu puesto de trabajo.
Poco a poco ha ido calando en ti la idea de que avanzamos (nos llevan) con paso firme y seguro hacia la privatización.
Los sindicatos que hoy son mayoritarios te lo estaban camuflando a ti, mientras colaboraban activamente en el proyecto; sea por obediencia al Partido o por intereses bastardos. Eso cuenta para ellos y no tú, no te vayas a engañar.
Han degenerado tanto estos campeones del pacto bilateral por debajo de la mesa que no sólo no merecen tu confianza, sino que se han ganado nuestra repulsa y un buen revés electoral que catalice su recuperación como sindicatos.
Tampoco le votaría yo, por pésimo estratega, a quien, aún consciente de la correlación de fuerzas existente, propone la resistencia numantina frente a la privatización. La energía reivindicativa de los trabajadores es un bien escaso y no se debe administrar tan mal.
Mis amores sindicales son para quien, dándose por enterado de lo que han decidido los señores políticos (para eso se les ha elegido), se dedique principalmente a hacer sindicalismo, cosa ésta que consistiría fundamentalmente en exigir que se respeten nuestros derechos y en defender nuestros intereses, sin servidumbres, sin peajes. NUESTROS INTERESES, no los del Partido ni los de las siglas, ni los de la camarilla dirigente.

Si eres funcionario lo tuyo está bastante más claro: Con el beneplácito de aquellos que deberían representarte y defenderte poco menos que se te está robando la cartera.
Tu carrera profesional consiste en ser nombrado a dedo, con carácter provisional, si lo estima adecuado y conveniente algún señor empresario con dinero público. Es lo que hay.
Ése no fue tu contrato con la Administración, ¿verdad? Pues contra eso no te movilizan los sindicalistos de CCOO, pero sí te convocan ante la embajada de Finlandia contra la creación de un regulador “independiente”, que será cualquier cosa menos independiente (como los demás reguladores de este país), o contra la apertura de la red que habían aceptado antaño.
Tú eres un funcionario público y tu actividad laboral debe estar orientada y condicionada a proporcionar un servicio público que la sociedad demanda. No tienen derecho a situarte en la vorágine alienante de la espiral ascendente de objetivos , de la competencia y la rentabilidad para unos accionistas, sean estos quienes lleguen a ser.
Pues tus sindicatos mayoritarios (por poco tiempo) no solamente lo toleran, sino que lo apoyan. Todo su afán es tratar de encalamarte un puesto tipo, en lugar de ocuparse de EXIGIR claridad y soluciones colectivas para los que tenemos derecho a seguir siendo funcionarios.
Y dime: ¿para qué quieres, para qué necesitas, esa clase de sindicatos? Esa gente no ha negociado en tu nombre, ha hecho sus negocios abusando de tu confianza, y previsiblemente seguirían haciendo de las suyas... salvo que se lo impidas con tu voto.

–Bien –me dirás–, y entonces ¿a quién votar?
Lo prometido, amable lector, no era un libro de viajes que te describiese todo el panorama. Era una guía que te acompañaría en el recorrido que harás. El final ya lo tienes a la vista, no puedes perderte.

martes, 1 de mayo de 2007

Primero de Mayo

Obviamente no es a mí a quien corresponde hacer el gran discurso del uno de Mayo. Afortunadamente, porque seguramente no sería capaz de hacerlo; sin embargo, puede ser el ambiente propio de este día lo que me empuja a reflexionar en voz alta y a compartir con vosotros mis esperanzas y mis temores; mis inquietudes laborales.
Casi con toda probabilidad, en ese futuro inmediato que ya ha comenzado, Correos se va a transformar en una empresa moderna y con peso en el concierto global. Tal posición sería incompatible con una plantilla insatisfecha, desmotivada, recelosa y asentada en el convencimiento de que está perdiendo derechos y poder adquisitivo continuamente, ante la pasividad de las organizaciones sindicales mayoritarias, cuando no mediante su complicidad.
Necesitamos aire fresco en el panorama sindical. Algo que inspire confianza, que refleje honestidad desde todas las perspectivas. Y capacitado, que lo hay.
Necesitamos la garantía de que en las mesas de negociación habrá siempre dos partes, y una de ellas inequívocamente nuestra. Complementarias, sí, y diferentes también.
El próximo diez de Mayo tenemos la gran oportunidad de cambiar las cosas, de ponernos al día. Quizá no hemos estado100% acertados en los preliminares, pero lo decisivo está por llegar, y depende en buena parte de nosotros. De mí... ¡y también de ti!

El personal funcionario necesita información clara y fiable sobre su futuro, a todas luces inviable en las condiciones actuales. Pues si algo ha de cambiar, tiene que ser desde el respeto a nuestros legítimos derechos.
Somos un colectivo ubicado en un órgano desgajado de la Administración, en tránsito hacia una sociedad anónima, y puede que de capital parcialmente privado dentro de poco tiempo.
Necesitamos un nuevo estatuto que regule nuestra singularidad porque el vigente prácticamente no se negoció y nos habla del absentismo y del sexo de los ángeles, cuando lo que tenemos es la necesidad y el derecho a que se establezcan las reglas que nos den un mínimo de seguridad en este proceso de cambio.
Queremos que se nos propongan soluciones ¡ya!, que se nos ofrezcan alternativas inmediatamente. Desde posiciones imaginativas y desde el consenso con nuestros sindicatos de confianza.
Para ello, evidentemente, necesitamos sindicatos de confianza, y eso implica relevar a las personas que nos han representado hasta ahora, con resultados profundamente insatisfactorios.
Sin tu apoyo activo creo que no será posible.

A la Dirección le pedimos lealtad y amplitud de miras (profesionalidad se le supone). Y cumplimiento escrupuloso de la legalidad.
El rosario de sentencias judiciales condenatorias que padecemos tiene que terminarse por el bien de todos.
¿No es lamentable el espectáculo de un tribunal teniendo que deshacer el entuerto del “punto negro” tras años de sufrimientos y de cerrazón? En buena lógica esto debería haberse resuelto en Casa y pronto.
Entre todos será fácil conseguirlo.

domingo, 28 de enero de 2007

¿Habías leído que...?

Como no podía ser de otra forma, la liberalización del sector postal ha originado un vivo debate en todos los foros de internet que se refieren a Correos y a su personal.
Recopilo y traslado aquí lo más interesante de cuanto he creído percibir en ese ambiente.

En contra del proceso liberalizador en su conjunto hay deseos, hay temores, pero no hay muchos argumentos; es decir, se teme por la conservación de unos puestos de trabajo, por la calidad futura del SPU, pero no he visto razonar con un mínimo de rigor el porqué una cosa conduce inevitablemente a la otra.
Por lo que se refiere a los aspectos parciales, la creación del regulador independiente despertó algunos recelos, muchos menos que el derecho de acceso a la red postal. En este último caso sí que se han expuesto razones en contra; destaco estas dos:

--La norma habilitante de aquel derecho nace con un defecto de forma porque, en opinión de algunos, lo que finalmente se publicó en el BOE no coincide con el dictamen del Consejo Asesor.

--Se pretende potenciar a las empresas privadas que terminarán por arrebatar a Correos una parte significativa de su cuota de mercado.
Partiendo de que la salud económica del operador público no está para muchos trotes, vaticinan un seguro hundimiento, en beneficio de unos lobbies que parece que se lo están trabajando muy bien y terminarán por repartirse los despojos.

En el otro lado hay un par de argumentaciones con chispa, que merecen ser rescatadas.
Una en “Buscaoposiciones”:
Si los Sres. Políticos quisieran realmente hundir Correos dudo mucho que recurriesen a esta operativa (permitir a los operadores privados el acceso a la red postal), lenta y de eficacia más que discutible. Hay opciones mucho mejores, como por ejemplo dividir la empresa y arrojar los trozos a los tiburones. Afortunadamente no parece que sus intenciones sean esas precisamente, sino todo lo contrario; y en ese caso, lógicamente, poco daño se debe esperar de una norma que ellos mismos han elaborado.
Más aún, si se hubiesen equivocado y la aplicación práctica y real llegase a resultar demasiado dañina para Correos, seguramente no tardarían mucho tiempo en rectificar y neutralizarla.
Otra en “Carteros.org”, contra el “inevitable hundimiento de Correos”, provocado por la liberalización:
Circuló por el foro hace algún tiempo un elaborado estudio sobre el mercado postal, y sobre la posición de Correos dentro del sector.
Con un rigor admirable se demostraba que los ratios de nuestra empresa mejoraban ostensiblemente cuando se había permitido aumentar los precios de los servicios que vende por encima de la subida esperada del IPC. Y lo contrario cuando se pretendía hacer política antiinflacionista a cuenta de la Casa. Es muy posible que ahí esté el verdadero quid de la cuestión: ¡en la variable precios!, y no en la cuota de un mercado muy maduro, en que a duras penas se cubren costes.
Quiero decir que estando las carterías a reventar de envíos postales no tendría por qué ser una catástrofe que a Correos le arañasen media docena de puntos porcentuales de cuota de mercado, a condición de que paralelamente subieran apreciablemente los precios de su producto.
Y todos sabemos lo que viene sucediendo con los precios de servicios públicos en entornos recientemente liberalizados, así que no parece que sea tan feroz el lobo de la liberalización. Eso si, para con la viabilidad de la empresa; otra cuestión es el porvenir de los diferentes estamentos implicados en ella: trabajadores, directivos, proveedores, usuarios..., que siendo muy importante, no deja de ser una cuestión diferente.

domingo, 7 de enero de 2007

Por el Servicio Postal Universal, sí

Curioseando por “Cosasdecarteros” he llegado hasta un documento que me servirá de base para escribir el tercer artículo con la liberalización del sector postal como tema de fondo.
En los dos anteriores, dedicados a la creación del regulador y al R. D. de acceso a la red, se afirmaba que la incidencia de aquellos dos sucesos en Correos, en sus trabajadores y en los usuarios del servicio no debería ser muy grande por las razones allí expuestas. De ello se derivaba la sorpresa por la desproporcionada campaña “anti” que había organizado algún sindicato y la sospecha de que sus verdaderas intenciones al respecto bien pudieran ser diferentes a las declaradas.
Sucede que este último artículo es una muestra de lo contrario, de cómo a veces los sindicatos saben estar donde les corresponde, saben lo que tienen que hacer y actúan honestamente.

El documento original está en francés, en la siguiente dirección:

http://www.union-network.org/unipostal.nsf/d3ae12c135a6a3aac1256b2f0050ecdc/62c245874a386267c1257203005232f2?OpenDocument

y para mayor comodidad os ofrezco una traducción propia. Disculpadme si encontráis algún defecto.
Es un comunicado de UNI Global Union, una agrupación internacional de sindicatos entre los que participa CCOO, y es de suponer que sus opiniones se formen por consenso. No sé lo que pueden haber aportado los de aquí, si es que no han restado algo, el caso es que el resultado final es éste:
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10 operadores postales expresan su inquietud

Los operadores postales belga, chipriota, francés, griego, italiano, húngaro, luxemburgués, maltés, polaco y español -que dan servicio a más del 50 % de la población de la Unión Europea- expresan su inquietud ante la ausencia de respuestas concretas por parte de la Comisión Europea sobre la futura financiación del servicio postal universal.
El próximo 18 de octubre la Comisión Europea examinará una proposición de directiva determinante para el futuro del sector postal europeo.
Según declaraciones recientes del Comisario europeo McCreevy *, encargado del expediente, este proyecto prevé:

Una liberalización total del mercado postal en Europa a fecha término de 2.009.
Un reconocimiento de la importancia del servicio universal y la atención a las obligaciones que se derivan de ello. El Comisario recalcó la contribución irreemplazable del servicio universal a la cohesión territorial y social. Los firmantes, que se han movilizado activamente a favor de un servicio universal de calidad accesible a todos en todos los puntos del territorio, se felicitan por este empeño.

Se mantiene la inquietud de los firmantes al comprobar que, a pesar del llamamiento a la prudencia que habían emitido el pasado mes de Julio, no se aporta ninguna demostración de la eficacia de las medidas contempladas por la Comisión para la financiación del servicio postal universal. No han sido objeto de ningún test económico ni operacional, y no aportan la seguridad o las garantías jurídicas suficientes.

Estas medidas no ofrecen, pues, una mayor garantía de financiación del servicio universal y pondrían en peligro la extensión, la calidad y la facilidad de acceso a los servicios de que disfrutan actualmente los ciudadanos europeos.
Ante la constatación de esta carencia, los firmantes manifiestan el deseo de asociarse activa y positivamente, en la reflexión sobre este asunto crucial para el futuro del sector postal en Europa, y emprenderán iniciativas concretas en este sentido.
Para los firmantes, es esencial que las medidas realmente eficaces en la financiación del servicio postal universal sean identificadas e implementadas antes de proceder a la supresión del único modelo de financiación que, a día de hoy, ha demostrado su eficacia: un sector reservado apropiado

Contacts presse :
Correos y Telégrafos S.A.E. (Espagne): Evelia Cuevas, +34 91 5 963 060 Email : evelia.cuevas@correos.es
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En primer lugar me llama la atención el hecho de que, sin manifestar mucho entusiasmo por la liberalización, no se oponen frontalmente a ella. Es como si se echasen a un lado dejando a los políticos tomar las decisiones políticas (es su tarea, su razón de ser), reservándose para ellos el cometido que les corresponde; o sea, hacer sindicalismo leal, honesta e inteligentemente.
Entiendo que eso consiste en volver la vista inmediatamente hacia el colectivo al que representan y analizar los efectos que las medidas en cuestión van a provocar en los representados: trabajadores y usuarios, que en su mayor parte son, además, trabajadores. A partir de ahí, recoger lo negativo, y/o lo mejorable, y plantear que se reconsidere y que se tenga en cuenta; con toda la energía que sea necesaria. Si se tiene.
Pues eso es exactamente lo que han hecho. Saben que el escenario post-liberalización más probable no es la concurrencia de muchas empresas compitiendo ferozmente en precios y en calidad del servicio, para beneficio del usuario, sino un mercado bajo el dominio de unas pocas grandes multinacionales que tienden a ponerse de acuerdo tanto como a competir (si les dejan...y no suele tardar mucho en suceder), unos precios al alza y una calidad muy buena y muy cara para unos pocos que pueden pagársela, y muy mala para la gran mayoría.
La solución que se maneja en todos los ámbitos consiste en un Servicio Postal Universal (SPU) real, que funcione, con unos mínimos de calidad altos y que se vaya adaptando a los servicios que la sociedad demande en cada época.
Cuando la ciudadanía llegue a estar mayoritariamente interconectada, cuando la brecha digital ya afecte a pocos, seguramente las necesidades de comunicación demandadas no serán las actuales, y sin pretender profetizar cuáles serán, sí me atrevo a suponer que alguna habrá. Y hasta puede que más que ahora por el previsible aumento de la producción, del comercio y del dinamismo de la sociedad en general.
Los sindicalistas de UNI se congratulan de que el pueblo europeo considere necesarios los servicios postales y de que el Comisario lo reconozca, lo asuma y lo refleje en la Directiva. Y protestan, me parece que atinadamente, porque se deja muy en el aire el tema de la financiación del SPU. Es una cuestión fundamental, lo parezca o no, porque si falla se nos viene abajo la aplicación práctica de aquella bonita declaración de intenciones.
No pretendo valorar más que este documento, que es todo lo que tengo de ellos, y no otros posicionamientos anteriores o posteriores. Y es por comparar esta actuación suya con las maniobras desnortadas de los de aquí; la verdad es que resalta vivamente el contraste. ¿Qué dirán en las reuniones con sus compañeros europeos?

Se maneja en marketing el concepto de “orientación al cliente”. Se trata de poner al cliente en el centro de la atención y organizar todo el proceso productivo de la empresa, y la distribución, de cara a satisfacer los deseos, las necesidades (reales o ficticias), de Su Majestad El Cliente. A ser posible por encima de sus expectativas.
¡Pues funciona! El cliente reacciona comprando masivamente y la empresa se harta de vender, que es lo que realmente buscaba. De rebote se puede producir a gran escala y bastante más barato, en beneficio del conjunto de la sociedad, que se encuentra una oferta amplia y de precio asequible .
No propongo que se trasplanten estos mecanismos al mundo del trabajo, ni mucho menos, pero quizás unas pinceladas de “marketing sindical”, de “orientación al representado”, sí conseguirían mejorar un poco el lamentable estado de divorcio que se da entre los trabajadores y ciertas elites sindicales.
La diferencia que habría entre “orientación hacia las siglas” y “orientación al representado”es la que puedes notar entre el concepto de “administrar la información”, en beneficio de sabe Dios quién, y el de “informar” a los trabajadores. También es la que habría entre estafar a los candidatos a trabajadores fijos de Correos (me estoy refiriendo a las academias, cursos... me da vergüenza ajena) , en beneficio de unas siglas y de sus dirigentes, y partirse el espinazo como sindicato para que aquella gente obtenga un empleo digno en todos los aspectos, incluyendo el proceso conducente a él.
En relación con lo que comento en este artículo, sería la diferencia entre canalizar el potencial reivindicativo de los trabajadores hacia la defensa de unos intereses ajenos a ellos o en defensa de lo que realmente les afecta.
En concreto: Montar el número porque han quitado unas competencias ficticias a una subsecretaría de Fomento y se las otorgan a un regulador de nueva creación (ambos supeditados inequívocamente al Gobierno en asuntos relevantes), o exigir con toda el alma un SPU de calidad y bien dotado de medios por entender que sin ello se terminará marginando a una parte de la población.