domingo, 28 de enero de 2007

¿Habías leído que...?

Como no podía ser de otra forma, la liberalización del sector postal ha originado un vivo debate en todos los foros de internet que se refieren a Correos y a su personal.
Recopilo y traslado aquí lo más interesante de cuanto he creído percibir en ese ambiente.

En contra del proceso liberalizador en su conjunto hay deseos, hay temores, pero no hay muchos argumentos; es decir, se teme por la conservación de unos puestos de trabajo, por la calidad futura del SPU, pero no he visto razonar con un mínimo de rigor el porqué una cosa conduce inevitablemente a la otra.
Por lo que se refiere a los aspectos parciales, la creación del regulador independiente despertó algunos recelos, muchos menos que el derecho de acceso a la red postal. En este último caso sí que se han expuesto razones en contra; destaco estas dos:

--La norma habilitante de aquel derecho nace con un defecto de forma porque, en opinión de algunos, lo que finalmente se publicó en el BOE no coincide con el dictamen del Consejo Asesor.

--Se pretende potenciar a las empresas privadas que terminarán por arrebatar a Correos una parte significativa de su cuota de mercado.
Partiendo de que la salud económica del operador público no está para muchos trotes, vaticinan un seguro hundimiento, en beneficio de unos lobbies que parece que se lo están trabajando muy bien y terminarán por repartirse los despojos.

En el otro lado hay un par de argumentaciones con chispa, que merecen ser rescatadas.
Una en “Buscaoposiciones”:
Si los Sres. Políticos quisieran realmente hundir Correos dudo mucho que recurriesen a esta operativa (permitir a los operadores privados el acceso a la red postal), lenta y de eficacia más que discutible. Hay opciones mucho mejores, como por ejemplo dividir la empresa y arrojar los trozos a los tiburones. Afortunadamente no parece que sus intenciones sean esas precisamente, sino todo lo contrario; y en ese caso, lógicamente, poco daño se debe esperar de una norma que ellos mismos han elaborado.
Más aún, si se hubiesen equivocado y la aplicación práctica y real llegase a resultar demasiado dañina para Correos, seguramente no tardarían mucho tiempo en rectificar y neutralizarla.
Otra en “Carteros.org”, contra el “inevitable hundimiento de Correos”, provocado por la liberalización:
Circuló por el foro hace algún tiempo un elaborado estudio sobre el mercado postal, y sobre la posición de Correos dentro del sector.
Con un rigor admirable se demostraba que los ratios de nuestra empresa mejoraban ostensiblemente cuando se había permitido aumentar los precios de los servicios que vende por encima de la subida esperada del IPC. Y lo contrario cuando se pretendía hacer política antiinflacionista a cuenta de la Casa. Es muy posible que ahí esté el verdadero quid de la cuestión: ¡en la variable precios!, y no en la cuota de un mercado muy maduro, en que a duras penas se cubren costes.
Quiero decir que estando las carterías a reventar de envíos postales no tendría por qué ser una catástrofe que a Correos le arañasen media docena de puntos porcentuales de cuota de mercado, a condición de que paralelamente subieran apreciablemente los precios de su producto.
Y todos sabemos lo que viene sucediendo con los precios de servicios públicos en entornos recientemente liberalizados, así que no parece que sea tan feroz el lobo de la liberalización. Eso si, para con la viabilidad de la empresa; otra cuestión es el porvenir de los diferentes estamentos implicados en ella: trabajadores, directivos, proveedores, usuarios..., que siendo muy importante, no deja de ser una cuestión diferente.

domingo, 7 de enero de 2007

Por el Servicio Postal Universal, sí

Curioseando por “Cosasdecarteros” he llegado hasta un documento que me servirá de base para escribir el tercer artículo con la liberalización del sector postal como tema de fondo.
En los dos anteriores, dedicados a la creación del regulador y al R. D. de acceso a la red, se afirmaba que la incidencia de aquellos dos sucesos en Correos, en sus trabajadores y en los usuarios del servicio no debería ser muy grande por las razones allí expuestas. De ello se derivaba la sorpresa por la desproporcionada campaña “anti” que había organizado algún sindicato y la sospecha de que sus verdaderas intenciones al respecto bien pudieran ser diferentes a las declaradas.
Sucede que este último artículo es una muestra de lo contrario, de cómo a veces los sindicatos saben estar donde les corresponde, saben lo que tienen que hacer y actúan honestamente.

El documento original está en francés, en la siguiente dirección:

http://www.union-network.org/unipostal.nsf/d3ae12c135a6a3aac1256b2f0050ecdc/62c245874a386267c1257203005232f2?OpenDocument

y para mayor comodidad os ofrezco una traducción propia. Disculpadme si encontráis algún defecto.
Es un comunicado de UNI Global Union, una agrupación internacional de sindicatos entre los que participa CCOO, y es de suponer que sus opiniones se formen por consenso. No sé lo que pueden haber aportado los de aquí, si es que no han restado algo, el caso es que el resultado final es éste:
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10 operadores postales expresan su inquietud

Los operadores postales belga, chipriota, francés, griego, italiano, húngaro, luxemburgués, maltés, polaco y español -que dan servicio a más del 50 % de la población de la Unión Europea- expresan su inquietud ante la ausencia de respuestas concretas por parte de la Comisión Europea sobre la futura financiación del servicio postal universal.
El próximo 18 de octubre la Comisión Europea examinará una proposición de directiva determinante para el futuro del sector postal europeo.
Según declaraciones recientes del Comisario europeo McCreevy *, encargado del expediente, este proyecto prevé:

Una liberalización total del mercado postal en Europa a fecha término de 2.009.
Un reconocimiento de la importancia del servicio universal y la atención a las obligaciones que se derivan de ello. El Comisario recalcó la contribución irreemplazable del servicio universal a la cohesión territorial y social. Los firmantes, que se han movilizado activamente a favor de un servicio universal de calidad accesible a todos en todos los puntos del territorio, se felicitan por este empeño.

Se mantiene la inquietud de los firmantes al comprobar que, a pesar del llamamiento a la prudencia que habían emitido el pasado mes de Julio, no se aporta ninguna demostración de la eficacia de las medidas contempladas por la Comisión para la financiación del servicio postal universal. No han sido objeto de ningún test económico ni operacional, y no aportan la seguridad o las garantías jurídicas suficientes.

Estas medidas no ofrecen, pues, una mayor garantía de financiación del servicio universal y pondrían en peligro la extensión, la calidad y la facilidad de acceso a los servicios de que disfrutan actualmente los ciudadanos europeos.
Ante la constatación de esta carencia, los firmantes manifiestan el deseo de asociarse activa y positivamente, en la reflexión sobre este asunto crucial para el futuro del sector postal en Europa, y emprenderán iniciativas concretas en este sentido.
Para los firmantes, es esencial que las medidas realmente eficaces en la financiación del servicio postal universal sean identificadas e implementadas antes de proceder a la supresión del único modelo de financiación que, a día de hoy, ha demostrado su eficacia: un sector reservado apropiado

Contacts presse :
Correos y Telégrafos S.A.E. (Espagne): Evelia Cuevas, +34 91 5 963 060 Email : evelia.cuevas@correos.es
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En primer lugar me llama la atención el hecho de que, sin manifestar mucho entusiasmo por la liberalización, no se oponen frontalmente a ella. Es como si se echasen a un lado dejando a los políticos tomar las decisiones políticas (es su tarea, su razón de ser), reservándose para ellos el cometido que les corresponde; o sea, hacer sindicalismo leal, honesta e inteligentemente.
Entiendo que eso consiste en volver la vista inmediatamente hacia el colectivo al que representan y analizar los efectos que las medidas en cuestión van a provocar en los representados: trabajadores y usuarios, que en su mayor parte son, además, trabajadores. A partir de ahí, recoger lo negativo, y/o lo mejorable, y plantear que se reconsidere y que se tenga en cuenta; con toda la energía que sea necesaria. Si se tiene.
Pues eso es exactamente lo que han hecho. Saben que el escenario post-liberalización más probable no es la concurrencia de muchas empresas compitiendo ferozmente en precios y en calidad del servicio, para beneficio del usuario, sino un mercado bajo el dominio de unas pocas grandes multinacionales que tienden a ponerse de acuerdo tanto como a competir (si les dejan...y no suele tardar mucho en suceder), unos precios al alza y una calidad muy buena y muy cara para unos pocos que pueden pagársela, y muy mala para la gran mayoría.
La solución que se maneja en todos los ámbitos consiste en un Servicio Postal Universal (SPU) real, que funcione, con unos mínimos de calidad altos y que se vaya adaptando a los servicios que la sociedad demande en cada época.
Cuando la ciudadanía llegue a estar mayoritariamente interconectada, cuando la brecha digital ya afecte a pocos, seguramente las necesidades de comunicación demandadas no serán las actuales, y sin pretender profetizar cuáles serán, sí me atrevo a suponer que alguna habrá. Y hasta puede que más que ahora por el previsible aumento de la producción, del comercio y del dinamismo de la sociedad en general.
Los sindicalistas de UNI se congratulan de que el pueblo europeo considere necesarios los servicios postales y de que el Comisario lo reconozca, lo asuma y lo refleje en la Directiva. Y protestan, me parece que atinadamente, porque se deja muy en el aire el tema de la financiación del SPU. Es una cuestión fundamental, lo parezca o no, porque si falla se nos viene abajo la aplicación práctica de aquella bonita declaración de intenciones.
No pretendo valorar más que este documento, que es todo lo que tengo de ellos, y no otros posicionamientos anteriores o posteriores. Y es por comparar esta actuación suya con las maniobras desnortadas de los de aquí; la verdad es que resalta vivamente el contraste. ¿Qué dirán en las reuniones con sus compañeros europeos?

Se maneja en marketing el concepto de “orientación al cliente”. Se trata de poner al cliente en el centro de la atención y organizar todo el proceso productivo de la empresa, y la distribución, de cara a satisfacer los deseos, las necesidades (reales o ficticias), de Su Majestad El Cliente. A ser posible por encima de sus expectativas.
¡Pues funciona! El cliente reacciona comprando masivamente y la empresa se harta de vender, que es lo que realmente buscaba. De rebote se puede producir a gran escala y bastante más barato, en beneficio del conjunto de la sociedad, que se encuentra una oferta amplia y de precio asequible .
No propongo que se trasplanten estos mecanismos al mundo del trabajo, ni mucho menos, pero quizás unas pinceladas de “marketing sindical”, de “orientación al representado”, sí conseguirían mejorar un poco el lamentable estado de divorcio que se da entre los trabajadores y ciertas elites sindicales.
La diferencia que habría entre “orientación hacia las siglas” y “orientación al representado”es la que puedes notar entre el concepto de “administrar la información”, en beneficio de sabe Dios quién, y el de “informar” a los trabajadores. También es la que habría entre estafar a los candidatos a trabajadores fijos de Correos (me estoy refiriendo a las academias, cursos... me da vergüenza ajena) , en beneficio de unas siglas y de sus dirigentes, y partirse el espinazo como sindicato para que aquella gente obtenga un empleo digno en todos los aspectos, incluyendo el proceso conducente a él.
En relación con lo que comento en este artículo, sería la diferencia entre canalizar el potencial reivindicativo de los trabajadores hacia la defensa de unos intereses ajenos a ellos o en defensa de lo que realmente les afecta.
En concreto: Montar el número porque han quitado unas competencias ficticias a una subsecretaría de Fomento y se las otorgan a un regulador de nueva creación (ambos supeditados inequívocamente al Gobierno en asuntos relevantes), o exigir con toda el alma un SPU de calidad y bien dotado de medios por entender que sin ello se terminará marginando a una parte de la población.